¿Qué son las piedras preciosas y semipreciosas?

No fue hasta mediados del siglo XIX que las piedras preciosas se clasificaron como "preciosas" y "semipreciosas". El término se impuso rápidamente y ahora se utiliza en todo el mundo. Muchas personas que venden piedras preciosas y joyas conocen y utilizan estos términos.

Estos términos siguen siendo de uso común en la actualidad. Estos términos se utilizan probablemente en la mayoría de los libros de joyería. También se utilizan en miles de sitios web y a menudo en los debates de la industria de las gemas y las joyas.

Sin embargo, los términos "precioso" y "semiprecioso" tienen sus pros y sus contras. A algunas personas no les gustan estas palabras. Estas personas creen que todas las piedras son preciosas. Creen que cualquier piedra que tenga belleza es una "piedra preciosa". Nadie lo discutirá.

¿Qué son las piedras preciosas?

Sólo hay cuatro piedras llamadas "preciosas": diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros. Las perlas, los ópalos y el jade figuran a veces como "piedras preciosas", pero la mayoría se consideran "semipreciosas". Tradicionalmente, estas cuatro gemas son las más caras y populares.

Algunas personas han incluido el ópalo, el jade o las perlas en la clase de "piedras preciosas", pero éstas no han recibido un uso persistente y generalizado.

Separar las piedras en clases "preciosas" y "semipreciosas" ha llevado a mucha gente a creer que las "piedras preciosas" son más importantes y más valiosas que las "piedras semipreciosas", pero no tiene por que ser así.

¿Qué son las piedras semipreciosas?

Las denominaciones "piedra semipreciosa" y "gema semipreciosa" se utilizan para todos los tipos de piedras preciosas que no se clasifican como "preciosas". Incluye todas las piedras preciosas que pueden utilizarse como adornos personales.

Las piedras semipreciosas incluyen piedras preciosas de los siguientes materiales: ágata, ámbar, amatista, aguamarina, aventurina, calcedonia, crisocola, crisoprasa, citrino, granate, hematita, jade y jaspe, azabache, kunzita, lapislázuli, malaquita, piedra de luna, obsidiana, ónice, peridoto, rodonita, piedra solar, ojo de tigre, tanzanita, topacio, turquesa, turmalina y muchas otras piedras preciosas de diversos materiales.

Algunas personas consideran que el término "piedra semipreciosa" es despectivo, irreverente, engañoso o confuso y que debería abandonarse su uso. Piensan que debe haber "piedras preciosas" y "otras piedras". Tal vez esta gente quiera convertir en objeto de desprecio a todas las gemas que no sean las "preciadas".

Por desgracia, es muy difícil abandonar el uso de la palabra "semipreciosas". En los últimos 150 años se han publicado varios libros para el público en general con la palabra "semipreciosas" en el título.

En la actualidad, el término aparece repetidamente en miles de libros, revistas, páginas web y otros documentos publicados por empresas de piedras preciosas y joyas, organismos gubernamentales y las instituciones gemológicas más influyentes. Aunque es difícil evitar el uso de estos términos entre los profesionales, es casi imposible evitar su uso en general.

El problema de llamarlas preciosas y semipreciosas.

Si clasificamos las piedras preciosas en dos categorías: "preciosas" y "semipreciosas", podríamos imaginar que las piedras "preciosas" son más valiosas, raras, bellas y deseables que las "semipreciosas". He aquí tres de los problemas de llamar a una piedra "preciosa" basándose en su valor, rareza, belleza o conveniencia.

El problema del "valor".

En 2004, un ópalo de aurora del sur se vendió por un millón de dólares, es decir, más de 5.500 dólares por quilate. Un cabujón de jade de alta calidad, de 8 x 10 mm y de unos 2,5 quilates, se vendió por hasta 25.000 dólares. Además, las gemas cortadas de berilo rojo se venden a más de 10.000 dólares por quilate.

Estas gemas valen mucho más por quilate que las "gemas" individuales que se venden en el mercado estadounidense. También alcanzan un precio más elevado que los diamantes de un peso en quilates similar. Estos ejemplos demuestran claramente que las piedras semipreciosas valen mucho dinero.

Los problemas de "belleza" y "deseabilidad".

La "belleza" y la "deseabilidad" son dos propiedades que dependen de la opinión del observador. Sería interesante mostrar un grupo de hermosos ejemplares de diamantes, rubíes, esmeraldas, zafiros y ópalos a un grupo de personas al azar y preguntarles cuál consideran más hermoso y deseable. Los ópalos, que suelen considerarse piedras "semipreciosas", podrían incluso imponerse a las piedras "preciosas".

El problema de la "rareza".

Además, las piedras semipreciosas suelen ser más raras que las piedras preciosas. El berilo rojo, la ammolita, la benitoita, la gema de sílice, el granate demantoide, el granate tsavorita, la tanzanita, la ametrina y muchas otras gemas proceden de menos lugares y en menor cantidad que las piedras "preciosas". En comparación, son muy raros, pero eso no significa que sean "preciosos".

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